viernes, 23 de noviembre de 2007

1º de Diciembre de 1918

Día Nacional de RUMANÍA

El 1º de Diciembre de 2007 los rumanos celebran el 89 aniversario del día que marcó la creación del Estado nacional unitario. Hace 89 años, con el voto unánime de los delegados librememente elegidos de entre todos los rumanos de Transilvania y reunidos en la Gran Asamblea de Alba Julia; voto ratificado por el entusiasmo desbordante de las miles de personas acudidas de todas las provincias a esta ciudad histórica, por un acto supremo de voluntad popular, cuya legitimitad fue ulteriormente reconocida por los tratados internacionales como indiscutible.

El 1º de Diciembre de 1918 fue declarado fiesta nacional de Rumanía por el parlamento rumano en julio de 1990. Se abría una nueva etapa. Al aunarse las energías constructivas y los recursos materiales y espirituales del país, en un Estado rumano unitario, se iniciaba, en todas las provincias, un sobresaliente auge económico, cultural, de la civilización en general.

La resolución de los rumanos por la cual se decidió “la unión de estos rumanos y de todos los territorios por ellos habitados, con Rumanía” recibió consagración internacional por el tratado de Trianón, del 4 de Junio de 1920.

Hoy en día, a 89 años desde los históricos acontecimientos del 1 de Diciembre de 1918 y a 18 años del derrocamiento del régimen totalitario, Rumanía se presenta como un Estado moderno, democrático, enfrascado con todo su potencial económico y humano en la difícil y compleja tarea de llevar a cabo una reforma económica, institucional y social profunda, capaz de asegurar el progreso y el bienestar de toda la población del país.

El 1 de enero de 2007 marcó la adhesión de Rumanía a la Unión Europea, entrando así en una nueva etapa histórica. Pero esto no significa que Rumanía pasa por alto sus tradicionales lazos de amistad y colaboración con América Latina a la cual la vinculan afinidades idiomáticas, de civilización y cultura.

Desde esta página un saludo afectuoso a sus connacionales del Embajador de Rumania en Chile, don Valentín Florea.

El traje popular rumano


El traje popular rumano ha sido, a veces, relacionado con el de los dacios representados en la Columna Trajana, o con las representaciones de los frescos que engalanan las iglesias y los monasterios fundados por los vaivodas de la Edad Media.

El traje varonil como el femenino, confeccionados de materiales ligeros de lino, cáñamo, lana o seda natural, se caracterizan por el color blanco de los tejidos y el corte sencillo y funcional. Las camisas para los hombres como para las mujeres, tienen mangas anchas, bordadas con ornamentos florales o geométricos de hilos colorados, predominando el negro entre los hombres y el rojo, azul o amarillo entre las mujeres.

El valor estético del traje aumenta aún más con la presencia de varias piezas complementarias que particulariza el traje popular según la zona etnográfica, la edad y el momento ceremonial o diario en que se lleva. En la provincia de Oltenia y en las zonas del Arges y de Muscel las mujeres se cubren las cabezas con pañuelos blancos, diáfanos, de seda natural fina como una tela de araña, mientras en Transilvania, Moldavia y Bucovina predominan los pañuelos de fondo negro, con o sin dibujos florales.



Sobre las anchas faldas blancas, cuyo borde inferior lleva bordados discretos, las mujeres de Moldavia y las del sur de Rumanía visten una especie de mantelos de vivos colores o de tonos pálidos que armonizan con la cromática de las bluzas y los chalecos de lana o de piel de oveja.

Por otra parte, en Transilvania y Banato predominan los delantales y las sayas negras o de rayas horizontales coloradas en que el juego cromático va acompañado de la alternancia sutil del espesor de las rayas y los motivos bordados con hilo dorado o plateado.

En el vestuario varonil un valor estético especial tienen los anchos cinturones de cuero estampados o trenzados de cintas delgadas, como en la zona de Sibiu, los chalecos y pellicos de oveja con dibujos florales cosidos sobre un fondo blanco, con guarniciones de piel de lince o de una delgada cinta de lana negra, como las de Bucovina y Moldavia central. En Năsăud, el chaleco largo lleva anchas filas de flecos de lana colorada, mientras los jóvenes llevan sombreros engalanados de una enorme roseta hecha de plumas de pavo real.